El día que Alex puso las cosas en su sitio: Masters Cup 1998, semifinales, Sampras…
Nunca olvidaré el 5 de septiembre de 1996. Te hablo del partido de cuartos de final del US Open que puso a lado y lado de la red de la gran pista de Flushing Meadows a Àlex Corretja y a Pete Sampras. Sí, se trata de aquel partido, de aquel día en el que Pete se sintió indispuesto en pista (o llámalo como quieras), y convirtió los últimos juegos del quinto set en una tortura para él… y para Alex. He de reconocer que nunca fui fan de Sampras (resulta evidente, Agassi era y es mi religión tenística, por lo que Pete no me generaba demasiada simpatía), pero aquella noche acabé tan frustrado con lo que había pasado en la pista que tardé tiempo en recuperar las ganas de ver un partido de Sampras.
Sí, Pete se llevó aquel encuentro y, a la postre, esa edición del US Open (en una final sin ninguna historia ante Michael Chang que, por cierto, destrozó a André en la penúltima ronda), pero Àlex conquistó el corazón de infinidad de aficionados al tenis de todo el mundo que asistieron atónitos a lo que sucedió en la pista. Imposible no recordar esas miradas de Corretja, esos ojos que buscaban una explicación, que transmitían preocupación, desconcierto… el tenis no fue justo con él ese día. No lo fue.
Pero por suerte. el nuestro es un deporte que suele darte la oportunidad para disfrutar de una buena revancha. Y Alex supo aprovechar la suya en Hannover, en noviembre de 1998, un par de años después del infausto partido en Nueva York. No parecía que Corretja tuviera muchas oportunidades en aquel enfrentamiento en semifinales ante el número 1 del mundo y absoluto dominador del tenis en superficies rápidas (y del propio torneo, llevaba ya cuatro títulos de Maestro en aquel momento). Sampras empezó dominando, se anotó el primer set, y parecía encaminarse hacia otra final (e igual hacia otro título). Y entonces surgió el espíritu combativo de Alex, su pundonor, su calidad, se agarró a la pista como sólo él lo sabía hacer hasta desquiciar a Pistol, incapaz de meter una bola en pista más que su rival.
Hoy te traigo, precisamente, ese partido para seguir distrayendo tu confinamiento. El día en el que Alex Corretja derrotó a Sampras en uno de sus torneos fetiches y se metió en la gran final de la Copa de Maestros, un torneo que finalmente se acabaría llevando (ante Carlos Moyà), convirtiéndose en su victoria más relevante. Y, de paso, lo reconozco, uno de los partidos que más he celebrado en mi vida…

Prepárate para un choque de estilos y de emociones como pocas veces se ha visto en una pista de tenis. Siéntate y disfruta…