Venus y Lindsay en NYC: una final a palo limpio

Hoy nos vamos a Nueva York, al verano del 2000. En Flushing Meadows, una jovencísima Venus Williams, que venía de lograr su primera victoria en un Grand Slam, aquel mismo año en Wimbledon, y Lindsay Davenport, que acumulaba ya tres majors, el último de ellos a principio de esa misma temporada en Australia, se dieron cita para decidir quién iba a ser la primera campeona estadounidense del primer abierto estadounidense (mira tú por dónde) del nuevo siglo.

Un choque con un elemento común, ambas entienden el tenis como un bombardeo sin piedad. En aquella final, Venus, con 20 años, y Lindsay, con 24, se dedicaron un auténtico recital de palos para intentar superar las barreras de su rival. Y es que contra ellas sabes exactamente qué te vas a encontrar al otro lado de las red: pura potencia, sin contemplaciones. Así que este partido que te traigo hoy, para pasar el confinamiento o estos días de vuelta a la normalidad o como le quieras llamar es eso: energía a raudales y bolas rapidísimas. Pim. Pam.

Aprovecho para elevar la figura de Venus, que irrumpió poco antes que su hermana en los titulares (venciendo la Grand Slam Cup en el 98) pero que, a la postre, ha quedado eclipsada por la GOAT. Aún así, ya me dirás cuántas tenistas en la historia pueden decir que tienen un palmarés con 7 títulos grandes (entre Wimbledon y US Open), ser número 1 del mundo, y tener 5 medallas olímpicas, 4 de ellas oro, una de las cuales en categoría individual. Venus es una de las grandes. Recuerda que, además, Serena fue la encargada de evitar que lograra levantar también el título en Australia (veciéndola en las finales del 2003 y del 2017, y de Roland Garros, ganando el partido decisivo en el 2002).

Otro día hablaré de Lindsay, que merece capítulo a parte. Por cierto, que aquel Open USA acabó con victoria, en categoría masculina, de Marat Safin que destrozó en la final a Sampras mientras que, en júniors, un tal Andy Roddick logró también levantar el trofeo. AR tardaría sólo 3 años en alzarse con el título absoluto. Nada mal.

Ah, un detalle más. Ojo a ese momento final, el saludo de Venus con su box, la mirada de su hermana, ese choque de manos, esa cara de satisfacción de una teenager Serena que aquel año vio como Davenport, precisamente, impedía su defensa del título logrado en 1999 al eliminarla en cuartos. Sin duda, le pidió a su hermana que la vengara… Y vaya si lo hizo.

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