El primer gran zarpazo de Rafa. Así se podría resumir el partido de hoy, probablemente la primera vez en la que Nadal aprovechó un gran escenario para dar un golpe de puño sobre la arcilla y decir aquello de «yo soy el rey«. Este partido, el segundo de la final en Sevilla entre España y Estados Unidos en el 2004, es ideal para una tarde nostálgica, el partido que encaminó definitivamente (casi) la segunda ensaladera que conquistó el equipo español (tras aquella mítica del Sant Jordi) y la primera vez en la que todos tuvimos la sensación que aquel muchacho tenía tenis para dar más de un susto.
Más de un susto… que se lo digan al pobre Roddick, que no pudo imponer su mayor experiencia (aunque su juego, evidentemente, nunca fue el mejor para la tierra batida) para derrotar a un inexperto pero inmensamente competitivo y llevado en volandas por el público Rafael Nadal.
Sí, ese fue el 2/0. Los Bryan (claro) redujeron distancias en el dobles del sábado, y Moyà certificó la victoria en la 93a edición de la Davis derrotando de nuevo a Andy (que parece claro que no tuvo su mejor fin de semana). Pero, sin duda, ese revolcón final de Rafa en la tierra batida tras derrotar a un jugador top como el americano nos marcó el camino a seguir.
Por cierto, el detalle del saludo final entre Nadal y Andy es curioso, no te pierdas la cara de Rafa que iba a la red como quien acaba de marcar el gol de la victoria y lo celebra con un compañero de equipo… la falta de tablas.
Disfruta de otro gran partido histórico…
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