La IA en el tenis: del club al futuro del juego…

   

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El tenis siempre ha sido un deporte de sensaciones. De escuchar la bola en la cuerda, de notar la tensión en el brazo, de leer el cuerpo del rival sin necesidad de palabras. Durante años hemos confiado en la intuición, en la experiencia y en ese instinto que cada uno va (vamos) puliendo partido tras partido. Pero algo está cambiando. La inteligencia artificial, esa que – no hace tanto – parecía una idea lejana y abstracta, se ha metido de lleno en nuestras pistas. Y de repente, lo que antes solo estaba al alcance de (algunos) profesionales y laboratorios, se puede convertir en una herramienta más que práctica para cualquier jugador de club. Para ti, para mí…

Ya. No te falta razón. Puede que esté jugando con demasiado riesgo, con este artículo (y con los que vendrán, spoiler), quizás sería más fácil levantar bola y esperar a que otro arriesgue. Pero, tú ya me conoces, eso no va conmigo. Porque este no es el mundo que conocimos, ni tampoco el tenis que nos enseñaron. Ha cambiado. Y quiero pelotearlo contigo… ¿Juegas?

Slinger APP

Pon que es viernes. Un viernes cualquiera. Vuelves a casa tras un partido duro en tu club y quieres entender de verdad qué ha pasado. Si esa sensación de que hoy no te corría tanto la bola es verdad. Si tu derecha estaba en su sitio o no. Si esa bola se fue por unos centímetros o (en realidad) besó la línea… No se trata, sólo, de lo que sentiste, esto va de saber lo que fue. Lo que ha pasado. Y de ponerle datos. Métricas. De interpretarlo para ayudarte a entender mejor a qué has jugado. Y cómo lo has jugado… Esa es la promesa de la IA en el tenis. Y créeme, esto ya no es el futuro. Es ahora...

De los entrenamientos al partido

Llevo un par de meses cambiando mi derecha (un día te contaré por qué). A cierta edad, y tras toda una vida jugando, desaprender puede resultar tan difícil – o más – que aprender de cero. Borrar la memoria de tus movimientos y construir dinámicas nuevas, convencer a tu yo número dos (guiño guiño) de que ahora lo hacemos diferente es un ejercicio extraordinariamente intenso.

Tü y yo sabemos que, hasta hace poco, entrenar era cuestión de repetir, escuchar, corregir y volver a repetir. Hoy, además (una cosa no quita la otra, ojo), grabas tus movimientos sobre la tierra batida y una app como SwingVision o Tennis360.ai te devuelve un análisis al detalle: ángulo de raqueta, velocidad, consistencia. Es como mirarte en un espejo en alta definición. Uno que te señala cosas que nunca habías visto, pero que siempre estuvieron ahí.

Cosas. Sí. Como por qué mi derecha ya no funciona igual que antes. O como por qué todavía no consigo que la nueva haga lo que quiero. En la pista, yo sigo entrenando ese golpe, esa derecha liftada que debería subir más. Más. La sensación no es mala (honestamente), pero mi entrenador insiste en que todavía no he relajado del todo la muñeca y necesito darle más extensión al movimiento. Esto se traduce en: «baja la cabeza de la raqueta y alarga el golpe hacia adelante«. Las instrucciones son claras. Las ponemos en práctica. Y sale(n). Pero sigo sintiendo que algo no está ahí (o no del todo).

Cuando lo paso por la máquina, cuando subo el vídeo o lo reviso en una aplicación como SwingVision, entiendo muchas más cosas. Entiendo que mi ángulo de salida es correcto, que efectivamente la muñeca no acaba de soltarse a según qué alturas, y que mi recorrido acaba algo más rápido y ligeramente más corto (no siempre te das cuenta, pero está ahí) de lo que estamos buscando. En realidad, no es sólo entender. Es ver. Comprobar, con datos, la velocidad del movimiento. La altura a la que circula la bola. La distancia a la que bota de la línea de fondo. Las que van dónde debían. Las que no. Las que se quedan en la red. Las liftadas, las planas, las cortadas. Todo. No es solo una corrección verbal, son cifras, gráficos, interpretaciones y un análisis al detalle que puedo perseguir para mejorar en la siguiente sesión. Es como ponerle una marcha más a tus rutinas, todo ello acompañado (si quieres) con tu propio entrenador virtual. Uno que está siempre disponible y que cada día te conoce un poco más.

SwingVision

Con los materiales pasa igual. Elegir raqueta solía ser una decisión casi trascendental. Horas de prueba, error y muchos consejos. Muchos. Los de tu entrenador, sumados a los del experto de tu tienda de confianza, los de tus amigos, y los de los amigos de tus amigos… todo ello sin contar las horas que pasabas leyendo reviews en blogs y foros. Ahora la IA (cualquiera de las alternativas existentes en Generativa te puede ayudar, desde ChatGPT a Grok, todo depende de qué tono y profundidad estés buscando, ya te hablaré sobre ello) analiza tu estilo y te recomienda raquetas, cordajes y hasta rangos concretos de tensión. El material deja de ser un producto más para convertirse en algo que se ajusta a ti, como si siempre hubiera estado esperando tu mano. Y esa voz experta está ahí cuando la necesitas. Dispuesta a escucharte, aconsejarte, y aprender de tu evolución (si le dejas).

¿Y los partidos? ¿Cuántas veces has salido convencido de que tu saque había sido un desastre, o que tu revés funcionó como un reloj? Incluso puede que tu rival, o tu compañero de dobles, te digan que has jugado de una forma u otra. Y tú te los puedes creer, o no (ya sabes, el ego y sus cosas). Pero quitarle los filtros subjetivos y adentrarse en un análisis objetivo resulta extremadamente enriquecedor. Puedes grabar ese partido con – por ejemplo – SwingVision o Playsight, subir el vídeo y recibir un informe más que detallado con tus estadísticas, tus patrones de error, tus zonas preferidas… y compararlo con lo que querías hacer. Con la(s) estrategia(s) que habías construido… con esas sensaciones que te decía. Lo que antes eran impresiones se transforma en certezas. Y eso, aunque – a veces – duela, es oro puro para seguir mejorando.

Mucho más que datos: la mente y el club

Pero el tenis no se juega solo con golpes. Todos lo sabemos: es un deporte de cabeza. Y ahí también entra la IA. Un wearable como el Whoop o smartphones como el Apple Watch Ultra, pueden detectar cómo sube tu pulso en momentos clave del partido. Ayudarte a comprender mejor cómo respiras, cómo recuperas, cómo afrontas tus próximos retos y cómo sales de ellos. Apps como Headspace o Calm, integradas en tu reloj, te pueden sugerir ejercicios de respiración en los cambios de lado (especialmente en esos momentos en los que se te dispara la ansiedad). Incluso existen programas que analizan tu concentración en entrenamientos a través de patrones de movimiento y ritmo. No te ganan los puntos, pero te recuerdan lo esencial: la mente también se entrena.

Y claro, todo esto pasa en un lugar físico concreto. Nuestras pistas. Nuestros clubes. Un ecosistema que también se puede optimizar cada vez más gracias a la IA. Ya no te hablo de cuestiones obvias de gestión o comunicación, por ejemplo. La IA organiza reservas con sistemas como Playtomic, te busca rivales de tu nivel gracias a algoritmos de emparejamiento y equilibra torneos internos sin que nadie se quede fuera de lugar. No, no sustituye las charlas en la terraza después del partido, ni ese ambiente único de vestuario. Pero sí hace que todo fluya con más orden y optimiza el tiempo que pasamos en el club.

Playtomic

¿Nada volverá a ser como antes?

Llegados a este punto, no puedo evitar formularme una pregunta. ¿Puede la IA ayudarnos a crear al próximo André Agassi? ¿Es más fácil construir, ahora, a jugadores que aúnen un talento descomunal, con carisma, descaro y un patrón sistemático de juego extremadamente efectivo? O, sencillamente ¿hacernos mejores a los que ya sólo jugamos por el placer de pelotear? La IA puede enseñarnos a golpear mejor, a elegir mejor, a resistir más. Pero ¿va a revolucionar de verdad el tenis? Voy a intentar contestar a esta pregunta, y me encantaría que me ayudes a hacerlo.

Porque este artículo es solo una puerta de entrada. En las próximas semanas iré bajando al detalle: entrenamientos inteligentes, materiales personalizados, análisis de partidos, mentalidad reforzada, vida de club, y puede que algo más. Todo lo que la IA ya está cambiando en nuestro tenis. Y en cada uno de esos artículos intentaré traer ejemplos concretos, situaciones de pista que puedas probar en tu próximo partido o entrenamiento.

Así que dime, como si estuviéramos charlando después de un partido: ¿ves la IA como una aliada que nos empuja a crecer o como una amenaza que nos roba la esencia?
Déjalo en los comentarios o contéstalo en X.

Aquí, como siempre, la conversación la jugamos juntos.

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