#NextGen ATP Finals: el futuro, ¿era esto?
Chung. Él es el maestro de los jovenes. Chung campeón y Rublev finalista (un finalista, por cierto, muy contrariado al final del partido) tras un encuentro que dejó claro que sí, que pueden ser dos de los jugadores que dominen el tenis en el futuro. Pero, espera: ¿tenis? Las Next Gen ATP Finals tenían un (segundo) cometido: cambiar las normas. Y, sin duda, lo que sí consiguieron fue generar un debate alrededor de todo eso…
Yo no soy de seguir mucho las reglas. Cuando empecé a jugar a tenis era obligatorio en mi club vestir con colores blancos o pastel y comportarse en la pista y, bueno, yo era fan de Agassi (en todos los sentidos), por lo que ya te puedes imaginar que no las cumplí a rajatabla, no… Y, además, hace años que juego torneos con algunas de esas normas (desde el punto de oro en el deuce hasta los sets más cortos), de forma que no me parece mal innovar. Pero de ahí al teatro…
El tenis es un deporte fantástico. Y sí, necesita actualizarse (como todos). El Ojo de Halcón sustituyendo a los jueces de línea se carga la visión clásica de la pista, con los jugadores, los ballboys, los jueces, pero funciona, y tiene sentido, no diré que no. Incluso el punto decisivo en el 40/40 elimina ciertas tendencias especulativas en ese momento del juego. Ahora, lo de los sets a 4 es una auténtica salvajada: los partidos son fríos, no tienen ritmo, no se entienden. Lo mismo pasa con ese reloj que marca todos, absolutamente, todos los tiempos. Qué estrés…
No comentaré lo de la cinta en el saque, porque apenas se vio (y no me parece mal del todo), diré que la idea del coaching a mí me parece buena, pero no como se ejecutó (¿por qué en inglés, siempre? El espectáculo ha de estar por encima del deportista, ¿no?. Algún momento fue casi cómico… que se lo digan a Fer Vicente y a su dominio de la lengua imperial). Ese exceso de tecnología rodeando al tenista también me pareció curioso, no sé si una batería de estadísticas en una tablet son más útiles que tus sensaciones, pero lo compro…
Y luego viene lo de las modelos, la discoteca, el DJ en directo, la iluminación de la pista… supongo que el show lo justifica todo. Pero si yo compro una entrada para ver un partido de tenis quiero ver eso: tenis. Deporte. Golpes espectaculares. Atletas ofreciendo una demostración de talento. Sets agónicos. Igualdad… y no partidos raros, cortos, o fríos por mejor que sea el David Guetta de turno, o más espectacular el entorno…
Por suerte, siempre nos quedará Londres (y las NITTO ATP Finals… vamos, el Torneo de Maestros de verdad).