2005: el año 1 del reinado de Rafa en París
Podemos discutir quién es el mejor jugador de la historia. Podemos opinar sobre la candidatura (más o menos generalizada) de que el GOAT es Roger, o escuchar a los partidarios de Rafa que piensan (por edad y por h2h) que es él quien debería ostentar ese título,- Tampoco parece descabellada la idea de que Novak merece ostentar ese lugar en el podio, o permitir que entre en el debate Laver, u otros (para mí, Agassi, ya lo sabes), pero hay una cosa que es sencillamente indiscutible: nunca ha habido y – probablemente – nunca habrá otro jugador como Rafa sobre tierra batida. Lo de Rafa en clay es, sencillamente, estratosférico e irrepetible.
Pero toda historia tiene un principio (y, ojo, también tendrá un final). Y la del idilio entre Roland Garros (que no el ´público francés, ojo) y Rafa arranca entre el 23 de mayo y el 5 de junio de 2005, 15 días en los que dejó con la boca abierta al mundo del tenis y conquistó el primero de sus 12 títulos en París, dejando en la cuneta a jugadores de la talla de Malisse, Gasquet, Grosjean, Ferrer, el todopoderoso Federer (que buscaba asaltar su primer título en Francia, también) y, finalmente, Mariano Puerta.

El partido contra el confinamiento que te traigo hoy es, precisamente, esa final en la que Rafa empezó a dejar su huella en el mundo del tenis. 3h de puro Nadal. Disfruta del #tenisencasa…