Llevamos ya unos meses de vuelta a las pistas. Unos meses en los que hemos celebrado cada día la suerte que tenemos de poder disfrutar de lo que más nos gusta como más nos gusta. Y es que, reconócelo, igual no valorábamos lo suficiente la normalidad, ¿verdad?
Bueno, el caso es que aprovechando que hemos vuelto, decidimos regalarnos una sesión de pruebas para apretar todo lo que pudimos, tanto en pista dura como en tierra batida, las dos pelotas más específicas para una superficie de Wilson: las nuevas Roland Garros y las míticas, ya, Us Open. Y, bueno, a parte de disfrutar como siempre que nos juntamos, pudimos percibir que sí, que algunas cosas están cambiando, en esta industria. Ya no se trata sólo de un logo en una pelota, es mucho más.
Déjame empezar por las Wilson US Open. Si has jugado alguna vez con ellas ya sabes qué te puedes esperar, una bola ideal para pistas rápidas: un bote consistente, son veloces pero no balas, con peso para darle profundidad y con mucha sensación de control. Ideales para los amantes de jugar duro, de pegarle a la bola, de dominar desde el fondo de la pista. Este modelo no engaña, es un clásico por una razón: son referente en calidad. Sin duda un must en hard court. Ahora bien, ¿qué pasa si las pones a prueba en tierra batida? Pues la sensación cambia, claro. La pelota se siente más lenta. Cuesta más darle efecto y se empapa algo más rápido con la humedad del clay. Sigue siendo una pelota excelente, pero pierde esa chispa que te da en una superficie sintética. En realidad no deja de ser lógico, de lo contrario no sería tan efectiva en rápida.
Por eso Wilson ha trabajado justo en el otro extremo para regalarnos unas nuevas pelotas para tierra batida: las nuevas (novísimas) Roland Garros. Tuvimos una muy agradable sensación jugando con ellas. Para empezar, es una bola alegre, muy alegre. Las estrenamos en GreenSet, para compararlas con las US Open, y nos sorprendió lo mucho que volaban, muy rápidas. Comparando su bote, ganan las US, se elevan más, pero en pista las RG ofrecen una sensación muy viva en superficie rápida – vamos, que si le pegas fuerte y controlas el bote, tienes el punto en el bote -. Pero cuando las pones en su hábitat natural, en la tierra batida, lo entiendes todo: Wilson ha creado unas pelotas alegres, con mucha chispa, ideales para el tenis de clay moderno, más rápido, algo más directo, unas pelotas que permiten tener mucho dominio del punto, unas pelotas que puedes golpear con mucha soltura. Responden perfectamente a lo que intentas lograr de ellas y en cuanto a durabilidad prometen mucho (Marc y yo las exprimimos al máximo y están en perfectas condiciones para el siguiente partido). En mi opinión, estamos ante una pelota que va a marcar referencia en el mercado de la tierra batida en los próximos años, sin duda ya son mis preferidas (de largo), especialmente porque – ya lo sabes – a mí me gusta ese tenis rápido e intenso.
Ah, un último consejo: si lo que buscas es durabilidad sin perder calidad, una pelota que te sirva igual para tus clases de tenis como para un buen peloteo o incluso un partido, sea en la superficie que sea, prueba las Wilson Triniti: duraderas, buen performance y – encima – sostenibles. Poco más se les puede pedir…
Aquí seguimos, disfrutando de esta vuelta a las pistas. ¿Te sumas a un peloteo? Te dejo elegir pelotas…
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